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Un perfume fresco que refleja como pocas la esencia del made in Italy. ¿Sabías que su receta es la misma desde hace más de 100 años?
En cuestión de perfumes, la mayoría de nosotros, solemos ser fieles a uno muy concreto. En cuanto encontramos una fragancia con la que nos identificamos, es difícil desligarse de ella y probar otros nuevos. Si además se trata de una colonia con historia y un gran significado detrás de su marca, el valor es todavía mayor. Imposible ser infieles. Este es el caso de Acqua di Parma, uno de los fabricantes de colonias con más solera del continente. Aunque no seas un experto en fragancias, seguro que eres capaz de reconocerla a simple vista por su mítico frasco transparente de tapón negro que, casi siempre, suele ir guardado en un estuche cilíndrico de color amarillo.
Acqua di Parma es la esencia –valga el símil– del made in Italy. Pocos, muy pocos son incapaces de no reconocerla. Pero solo algunos conocen la historia interesante historia que hay detrás del éxito de esta casa de perfumes. El paralelismo habría que establecerlo con algunos de los ingredientes de su fragancia más célebre: Colonia. Esa que, en sus notas de salida, mezcla cítricos a base de limón, naranja dulce y bergamota de Calabria, y donde la lavanda la rosa de Bulgaria, la verbena y el romero componen sus notas de fondo para que el vetiver, el sándalo y el pachulí terminen por darle ese aura exótica y sofisticada. Esta es la historia detrás de unos de los perfumes masculinos más icónicos de todos los tiempos.
En 1916, el barón Carlo Magnani, un hombre refinado y acostumbrado a moverse en los círculos más elitistas de Londres, París y Nueva York, decide crear un aroma para su uso personal. Una fragancia sin más pretensiones que bautiza como “Colonia” y que nace de un pequeño laboratorio de esencias situado en pleno casco antiguo de Parma. Sin saberlo este aristócrata crea la primera y auténtica colonia italiana. Un perfume que se convierte en un éxito imparable entre su círculo de amigos y conocidos.
Es en los años 50 cuando Colonia de Acqua di Parma se convierte en un auténtico fenómeno. Durante esta década, Italia se convierte en un gran plató al que viajan todas las grandes estrellas del Hollywood dorado. Durante su estancia, las celebridades aprovechan para comprar los exquisitos trajes que tanta fama tienen al otro lado del charco y es ahí donde se quedan cautivados con el olor que desprenden sus prendas. Las sastrerías más exclusivas rociaban sus trajes con la mítica colonia de Acqua di Parma asociando el diseño italiano a este olor tan característico. Una estrategia de marketing digna de un genio contemporáneo cuando ni siquiera existía una nomenclatura específica para eso de la mercadotecnia. Pero lo cierto es que aquel gesto, reportó a la marca fama mundial.
El frasco de Colonia de Acqua di Parma es, sin duda, uno de los más reconocibles del mercado. El icónico color amarillo de su caja cilíndrica y el tapón negro de su frasco son algunos de sus símbolos. Tanto es así que su diseño se ha mantenido intacto desde su creación hace más de 100 años. El amarillo es un homenaje a las fachadas del mismo color que tiñen los edificios nobles de Parma desde la época barroca y su frasco tiene un diseño Art Decó. El escudo real forma parte de su logotipo y recuerda el blasón ducal de Parma en los tiempos de María Luisa, la reina que encumbró a la ciudad como núcleo de cultura y estilo. Todos los productos de la marca continúan manteniendo su esencia artesanal, produciéndose bajo las mismas técnicas centenarias y con los mejores materiales.
Durante los años 90, Acqua di Parma se prepara para el nuevo milenio ampliando su gama de fragancias hasta que en 2001 pasa a formar parte del gigante del lujo LVMH, propietario de marcas como Louis Vuitton, Dior o Fendi entre otras muchas. A partir de aquí la leyenda de Acqua di Parma continúa imparable trasladando su universo aromático de lujo y sofisticación de sello italiano a otros productos como artículos de viaje, spas o todo lo necesario para un afeitado exquisito. Un gran ejemplo de cómo un hombre con estilo y una buena idea puede crear todo un imperio capaz de sobrevivir durante décadas.